La Estrella de los Reyes Magos
He escogido un solo pequeño acontecimiento de la historia del comienzo de la vida misionera de Santa Filipina Duchesne, sin el cual, probablemente, la historia posterior no existiría. Un día, cuando Filipina estaba en el dormitorio de las niñas (10.01.1806), estaba contemplando el desapego de los Reyes Magos. Ese fue el momento en que deseé seguir sus pasos. Un signo que ella consideraba como una confirmación del deseo de sentirse verdadera era el sentimiento de libertad interior. Deseaba dedicarse a predicar a los no creyentes.
Por eso, como los Reyes Magos, tuvo que emprender un viaje y comenzar a buscar a Jesús en una tierra desconocida. Esta “puesta en marcha”, sin embargo, no fue inmediata. Estaba sujeta a consideraciones tomadas por su superiora y contenía una amplia gama de sentimientos: expectativas, oración, deseos, impaciencia.... A pesar de las dificultades, Filipina permaneció fiel a este deseo que nació durante la contemplación. Al final, se le dio el permiso de partir como los Reyes Magos y de emprender un viaje largo. Contrariamente a los Reyes Magos, su viaje era un viaje unidireccional. Ella se quedó en otro continente buscando a Jesús y sirviéndolo hasta el final de sus días, a pesar de no ver la luz de la estrella.
A menudo me pregunto, cuán profunda y verdadera debe haber sido esta experiencia de encontrar a Jesús que le ha dado fuerzas y que la ha acompañado a lo largo de su vida entera.
Hay momentos en la vida de cada una de nosotras donde los deseos nacen durante la oración. Cuando se observa a Santa Filipina, vale la pena preguntarse: ¿cuánto tiempo he estado buscando a Jesús? ¿Sigo la Estrella todavía?
Boguslawa Ochal, RSCJ, Provincia de PoloniaImagen: Maria Korytko, RSCJ, Provincia de Polonia